lunes, 17 de septiembre de 2018

Realidad extendida, escenario de novela, la sous-vide y UPS es lo peor

Espacio Realidad Extendida


Una estúpida madrugada me desperté antes de tiempo. No faltaba mucho para la hora en la que sonaría el despertador y estaba extrañamente espabilao, así que me senté frente a los monitores de mi PC a "hacer tiempo" hasta la hora oficial de levantarse. Así pude leer —calentito— un e-mail de la Fundación Telefónica anunciando una exposición de realidad extendida. Ahí estaban a la venta (gratis) las entradas para el evento, casi todas disponibles (al que madruga Dios le ayuda y eso).

Así que, como la muchacha estaba en Irlanda, nos fuimos la mañana del domingo mi hijo, mi señora y yo a la exposición esa.

Exposición RV en la Fundación Telefónica

Dado cómo está el tema de la Gran Vía y el tráfico decidimos pasar del coche e ir en cercanías. Qué bonito y qué horror a la vez. Mola, por un lado, porque para un personaje asocial como yo no viene mal de vez en cuando juntarse con la gente y poder observar de primera mano a la humanidad en plan "sociólogo de campo". Pero por otro lado es un rollo porque tienes que ir escuchando estúpidas conversaciones telefónicas que te importan un puto bledo, tienes que ir oliendo a gente a la que normalmente no olerías y tienes que esquivar a todo tipo de agresivos exhibicionistas y vendedores de miserias y mierdas.

Nos apeamos en Sol y fuimos remontando la calle Montera hasta la entrada al edificio por la calle  Fuencarral. Allí, en la cuarta planta, pudimos probar diversas tecnologías de realidad virtual y extendida (aunque alguna estaba repe respecto a la exposición de RV de hace un par de años). Como sólo podíamos probar cuatro de las cinco experiencias, cual concursante del "Un dos tres responda otra vez..." opté por descartar la de la inmersión submarina (me fijé en que la gente que la probó antes de mí no flipaba mucho con aquello).

Gafas de realidad virtual


El jovenzuelo que nos instruía en el funcionamiento de las experiencias alucinó conmigo y con mi tiempo de advanced teen gamer en el circuito en el que debía ir esquivando obstáculos (es una experiencia en la que se simula que te tiras sobre un patinete cuesta abajo a toda velocidad y tienes que guiarte moviendo el cuello a modo de volante). 

Estaba yo tan ufano hasta que la vida me puso en mi sitio cuando a continuación Osquitar Jr. rebajó mi crono en casi cinco segundos...

En fin, lo pasamos bien, las experiencias merecen la pena y sobre todo: es gratis. Hasta final de año pueden reservar sus entradas en la web. 

Primer capítulo de la novela

Novena planta de El Corte Inglés de Callao, zona Gourmet Experience


Ya que estábamos en Gran Vía cerca de las dos de la tarde me pareció buena idea ir a comer a la cafetería sita en la novena planta de El Corte Inglés de Callao y así de paso ver el lugar en el que, tras mogollón de cambios, he decidido que arranque mi novela. Parece ser que hace unos años se remodeló todo aquello convirtiéndolo en una zona gourmet experience (anda, jódelos). Quería ver cómo estaba con detalle. Y, bah, sí, están ampliadas las vistas y muy moderno y todo lo que tú quieras, pero el sitio estaba petao de gente y aunque estuve tentado de comer en una de las zonas, la de "Hamburguesa Nostra", me disuadió el hecho de que tenían una de esas odiosas mesas grandes compartidas donde te sientas al lado de cualquiera y viceversa y por ahí sí que no paso, demasiado para un antipático de mi categoría, preferiría morir de inanición.

El anuncio de Schweppes del edificio Carrión (Capitol) en la Gran Vía visto desde la novena planta de El Corte Inglés de Callao, antes cafetería y ahora zona Gourmet Experience, con la torre de Madrid y el edificio España al fondo

De todos modos considero que le vienen bien a la novela esos cambios en la novena planta de ECI  de Callao con las mejores vistas de Madrid, dado que la novela transcurrirá en tres momentos cronológicos distintos (los 80, el cambio de milenio y la actualidad) y en los tres aparecerá ese lugar como escenario: como cafetería de Galerías Preciados en los 80, como cafetería de ECI en el cambio de milenio y como zona Gourmet Experience en el presente... y siempre con el edificio Carrión (Capitol) con el anuncio de Schweppes enfrente (aunque hasta el año 2004 las letras del anuncio eran mayúsculas).

UPS es lo peor


UPS es lo peor, desastre de compañíaDislike UPS


La maldita compañía de transporte, la única con la que tengo problemas sistemáticamente. Mira que compro cosas por internet y son los únicos que fallan. Siempre. Aunque no compraré nada más si sé que la entrega la realiza dicha compañía. Con tanta gente con ganas de trabajar en paro y los repartidores de UPS de mi zona comportándose como vagos inútiles, increíble.


La sous-vide o la máquina de cocina al vacío de cocción lenta

Mi abuela hacía la comida durante horas a fuego lento... eso sí que estaba delicioso —me comenta por enésima vez mi señora.

Pues  que sepas que me he pedido por Amazon una sous-vide —contraataco yo—. ¡Jaque mate!


Pese a UPS (ahí queda la cacofonía) al fin me llegó mi máquina de sous-vide para cocinar al vacío como si mi casa fuera el jodido Celler de Can Roca ese.

Sous-vide, máquina para cocción lenta al vacío


Para estrenarla a lo grande compré una pierna y una paletilla de cordero lechal, las metí en una bolsita de esas con la maquinita selladora que recién estrenaba también... la puse durante 30 horas a 56º, para que coincidiera con el regreso de mi Chiqui de Irlanda y que tuviera un gran recibimiento gastronómico. Y así fue, ella que habitualmente no come el cordero asado que su hermano y yo devoramos al menos una vez al mes... esta vez sí que nos empató en la competición carnívora. Y es que queda superjugoso y casi se deshace, una auténtica delicia.

Para el próximo finde habrá que probar unos buenos entrecots. Y entre semana tengo que probar el salmón con esta técnica, que aseguran que es lo máximo. Ñam, ñam...




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