La Tierra da otra vuelta alrededor del Sol y el contador pasa al siguiente numerito. Y el 2020 mola por su redondez, por sus dobles parejas, porque los años veinte del siglo pretérito nos los vendieron como felices y por cuarenta supersticiones más que se nos vayan ocurriendo, que cada cual elija la suya.
Nuestro cerebro nos obliga a hacer balances para cuadrar y archivar correctamente ese 2019 recién consumido.
Uno acumula más de medio centenar de años que se fue encontrando —como este— siempre nuevos a estrenar con plenitud de esperanza. Y desea que ojalá sea de los buenos.
Si tuerzo el pescuezo hacia el pasado distingo con cierta nostalgia aquel esplendoroso año 1991, el mejor año de mi vida. Y le pido a quien programó el Universo, a Elella (aunque hay más programadores hombres que mujeres en nuestro mundo no sabemos si nuestra divinidad creadora es hombre o mujer, si acaso fuere binari@) que el 2020 sea tan bueno como mi 1991. Pero en realidad me conformaría con que no fuese tan malo como mi annus horribilis, aquel nefasto 1992.
Cuán cercanas la dicha y la desgracia...
Cuán cercanas la dicha y la desgracia...
Aunque si repasa uno con justicia aquellos dos años encuentra cosas muy buenas en el año malo y otras terribles en el año magnífico, así funciona la vida, más allá de nuestras prácticas generalizaciones categóricas. El yin y el yang.
Acabo de ver el capítulo de ayer de la serie española "Cuéntame cómo pasó", transcurría precisamente en la Nochevieja de 1990, Salía en la tele Jesús Hermida, con aquel flequillazo tan trabajosamente esculpido. También aparecían en la pantalla Martes y Trece, muy mocitos... Ese año ganó Antonio Muñoz Molina el premio planeta con "El jinete polaco", se le ve tan jovenzuelo posando junto a José Manuel Lara y a Jordi Pujol (¡que ahora, retrospectivamente, se parece a Baby Yoda!) .
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Acabo de ver el capítulo de ayer de la serie española "Cuéntame cómo pasó", transcurría precisamente en la Nochevieja de 1990, Salía en la tele Jesús Hermida, con aquel flequillazo tan trabajosamente esculpido. También aparecían en la pantalla Martes y Trece, muy mocitos... Ese año ganó Antonio Muñoz Molina el premio planeta con "El jinete polaco", se le ve tan jovenzuelo posando junto a José Manuel Lara y a Jordi Pujol (¡que ahora, retrospectivamente, se parece a Baby Yoda!) .
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