FICHA TÉCNICA:
SINOPSIS:
En Esnapur, en la India, el maharajá y un arquitecto alemán, al que ha contratado para construir hospitales, se enamoran de la misma bailarina. El arquitecto huye con la prometida del maharajá de Eschnapur, pero es atrapado y arrojado al calabozo, mientras sus parientes llegan de Europa en su busca y el hermano del maharajá maniobra para usurpar el trono sirviéndose de sus aliados en palacio.
COMENTARIO:
Doble sesión para ver dos pelis que en realidad debieron ser una sola. La primera en orden es El tigre de Esnapur, seguida —solapadamente— por La tumba India.
Fritz Lang se hartó del nazismo y acabó en Estados Unidos, pero llegó un momento en el que también se cansó de la versión nazi de los USA que fue el Comité sobre Actividades Antiamericanas. Eso fue lo que le condujo de regreso a la que era entonces la República Federal de Alemania para rodar este par de películas que en su día había escrito la que fuera su mujer Thea von Harbou.
La veía en compañía de mi señora y ambos teníamos esa sensación de déjà vu, hasta que llegó una escena en concreto (la de la chica a la que meten en la cesta) en la que ambos caímos simultáneamente en que ya habíamos visto la película de pequeños porque recordábamos perfectamente lo que sucedía a continuación.
Lo más memorable, me perdonarán que sea un señoro olderdick, es el impresionante baile de Debra Paget ante la serpiente en el templo... ay, qué maravilla. No sabe uno cual de las actrices está más maciza si la bailarina, la rubia, la sirvienta...
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