Seiscientos kilómetros.
Un velatorio.
Llega gente de todas partes.
Empiezas a saludar a personas a las que no veías desde hace mucho tiempo. Algunas más de veinte años.
En la media distancia una chica te mira, te reconoce y se dirige hacia ti para saludarte. Temiendo que no la reconozcas se presenta.
Me dan ganas de decirle:
—Claro que sé quién eres y cómo te llamas. Nos vimos por última vez en una boda hace doce años y entonces llevabas un vestido verde...
Pero en vez de eso asiento, sonrío y le doy dos besos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario